Y menos mal… dirían muchos. Y yo también en algunos casos, pero está claro que una madre es más
que esa persona que te trae al mundo. La que te da la vida con la ayuda de una semillita que alguien que la quiere mucho… Bueno niños, que me lío y esa es otra lección.
Está claro que hay muchos tipos de madre y que muchas responden a un perfil y con unas frases comunes. Por ejemplo, en el manual de bolsillo de cualquier madre están frases como:
– No me no me.. Que te que te, eh!
– Zas! Para que llores por algo!
– Tú verás. Haz lo que quieras.
Y otras muchas parecidas.
Cuando eres pequeño tus padres son tus héroes. Pero tu madre en concreto es esa que te mima y te da caña a partes iguales. La que te cocina cosas que te gustan y la que hace que te comas cosas que te convienen o que tienes que aprender a comer.
Es la bruja a la que nunca engañas y el hada que te salva cuando estás en apuros. Esa que sabe antes que tú mismo lo que vas a hacer diciéndote que «te está viendo las intenciones». Tú te miras en el espejo pero no te las ves. ¿Cómo sabía que me iba a subir al murete? ¿Cómo sabía que me iba a pillar el dedo? Con el tiempo te das cuenta de que lo del dedo era fácil adivinarlo debido a mi currículo. Pero el resto de cosas ¿cómo las podía saber?
Tengo una teoría. Yo creo que las madres inventaron el Bluetooth y se interconectan con sus hijos desde el primer día. ¿Cómo, si no, pueden saber sin que les digas nada que te han castigado en la ikastola? ¿Cómo pueden saber que has roto algo sin que lo hayan visto? ¿Cómo, si no, pueden saber que has sido tú quien ha empujado a ese niño cuando hay otros 10 alrededor? Es por el Bluetooth. Se actualizan con tu estado cada 10 segundos.
Además de todo eso una madre es, al menos la mía, el tesorero de la casa, el jefe de personal, el de nuevas adquisiciones, la cocinera, la jefa del equipo de limpieza etc. Cuántas veces habrá dicho eso de «hoy hay que dar la vuelta a la casa». Y ves a familiares y vecinos que no conoces en tu casa trabajando junto contigo y tu padre.
Y lo de la vista periférica es un misterio sin resolver. Pare eso no tengo una teoría. Hace poco Toyota ha comenzado a anunciar un vehículo que tiene sensores en todo el contorno para detectar otros vehículos y movimientos. Al verlo pensé «Eso mi madre lo tiene de seria desde hace años». Si no a ver ¿cómo era posible que sin verme me arreara soplamocos precisos y contundentes cuando hacía alguna de las mías a sus espaldas? ¡Zas! ¡Ya me había pillao! Tecnología punta. Pero claro, si tenía Bluetooth ¿¡No iba a tener sensores y cámaras periféricas!?
Pero tecnología aparte, una madre es una madre. Para lo bueno y lo malo. De peque te lanzas a sus brazos. De adolescente te escapas de ellos. Y de adulto los hechas de menos.
De peque aprendes de sus lecciones. De adolescente te burlas de sus consejos. Y de adulto le pides orientación y recetas ;).
De peque haces lo que te dice. De adolescente te aburre lo que dice. De adulto la visitas para «ver qué te dice».
Sin embargo para una madre sus hijos son siempre sus hijos. Sus bebés. Les cuesta cambiar contigo. Les cuesta verte crecer. Te siguen diciendo que te acabes el plato aún cuando tienen 25 años y 110kg y te echan a lavar por segunda vez la ropa del Rugby porque «es que le ha quedado alguna mancha».
Así son. Y lo seguirán siendo. Y las querremos igual por mucho que nos saquen de nuestras cosillas. Por mucho que sean inoportunas. Por mucho… las querremos.

Mi madre
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