Sí. Como se lee. Hemos estado en una fiesta Ibicenca en pleno corazón del Antiguo Donostiarra.En el vídeo explicamos cómo va el asunto, pero en resumen: tres cumpleaños, una fiesta, un regalo increíble. Y no podía faltar una entrada de katterox, más que nada, porque suena super guay eso de «hemos estado en una fiesta ibicenca» 😉
La verdad es que es una gozada ver cómo unos amigos se lo curran por otros. Gastan una importante cantidad de tiempo y medios sólo por hacer felices a sus compañeros de batallas y cenas. Y es que ¿qué es la amistad sino eso? Hacer feliz a alguien porque le quieres y le aprecias. Nada más y nada menos. Tan sencillo como complejo.
Porque no diréis que hoy en día no se habla muy a la ligera de la amistad. Igual es porque nosotros somos vascos, pero un amigo es un amigo, y no hay muchos. Es muy difícil encontrar en una persona las cualidades suficientes para poder decir «es mi amigo» con todas las letras y la boca y el corazón lleno de orgullo por soltar semejante verdad. Alguien con quien la sinceridad no se plantea. Con quien sabes que puedes contar pase lo que pase. Esa persona a la que no importa cuánto tiempo lleves sin ver, que con dos miradas cómplices te has puesto al día y parece que el tiempo no haya pasado. Todo sigue igual.
Vamos a decir que aquel que te hace croquetas sólo porque sabe que te gustan, es tu amigo. Fijaros que hemos dicho hacer, no comprar. ¿Porqué? Porque las croquetas son algo sencillo pero laborioso a la vez. Algo crujiente pero tierno. Que si se hace con amor y sin prisa, sale bien. Como la amistad.
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