Hace un par se manas pude estar en París, y en varias ocasiones comenté que se parecía mucha a Donosti, pero con un tamaño mayor. Ahora que estoy en Barcelona
tengo la misma sensación. Muchas calles me recuerdan al centro de Donosti por su edificios y por cómo se distribuye. Pero hay otro aspecto en el que se parece tremendamente. ¡Los Precios! Qué barbaridad.
Paseando por la zona del puerto terminé en una feria de pastelería en la que pude ver la última tendencia de la repostería. Y tras sacar alguna foto y comprar el famoso fondant de colores que tanto furor causa en los realyties de televisión, pasé por el cine. Y pensé… si entro a ver 7 Apellidos vascos sólo, una vasca que yo me sé me mata (además de que prefiero disfrutarla con ella), así que me metí a ver la última de Capitán América. Como Agur está acostumbrada a ver hombres terriblemente cachas en casa no se va a molestar por no ver esta peli en el cine ;).
Después sufrí un atraco. Me acerqué a la taquilla voluntariamente y pedí una entrada para la sesión de las 7. 9,75€. Jooorrrr! Y me quejaba de los 8€ de Donosti. Pero como si un atracador me amenazara con un puñal por la espalda, los pagué. Di una vuelta por el Maremagnum hasta la hora del cine y cuando faltaban 10 minutos entré al hall. Como hacía calor y llevaba un rato sin beber nada, me acerqué al mostrador de palomitas para comprar una CocaCola (cabrones) Zero. Y cero es lo que me vendieron, porque tras la pregunta de «cuánto es» me entró un escalofrío que me resolvió los problemas del calor externo. 3,90€. Sí sí. Casi 4 euros por una botella pequeña de CocaCola (cabrones) Zero. Siguiendo mi habitual tono de coña le dije: ¿Solo? Me dijo que ella no ponía los precios y le contesté «claro, si no te morirías de vergüenza estando de cara al público». Le dije que no quería el refresco. Preferí pasar sed.
Hay cosas que no entiendo. Se quejan de que la gente no va al cine y de que no consume, pero se niegan a hacer lo que tienen que hacer para remontar la situación.
Aún pasando sed y habiendo sido atracado con la entrada, pude disfrutar de la película como un enano.
A la vuelta pude apreciar alguna escena chula de Barcelona de noche. La verdad es que es una ciudad en la que viviría.
Es casi tan bonita como Donosti :).
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